Rótulos de Ceramica
Azulejos pintados a mano
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    Decoración bajo cubierta:

         Este método consiste en pintar sobre la superficie de la pieza antes de ser esmaltada. Utilizaremos para ello óxidos colorantes aplicados a pincel. Estos pigmentos cromáticos pueden estar mezclados con un fundente, que sirve para que los pigmentos se fundan con el objeto.

         Antes de empezar, deberemos tener la pieza bien limpia, así como nuestras manos.

         El trabajo deberá ser rápido, con pinceladas únicas, y no se debe repetir dos veces la misma línea. Esos se consiguen con una buena práctica previa.

         Podemos trabajar el fondo bajo cubierta de varias maneras. Antes de pintar el diseño, podemos dar a la pieza un tono liso o gradaciones de color con ayuda de la esponja. Los fondos con texturas pueden ser coloreados con una aerosol, cubriendo la zona que no deseamos colorear con trapos viejos o papel. Las plantillas también son una buena ayuda para formar fondos.

         Después de decorada la pieza, puede esmaltarse. Para ello hay varios procedimientos:

         - Aplicación de esmalte transparente con Aerógrafo.

         - Aplicación de esmalte por baño.

         - Aplicación de esmalte por inmersión.

    Decoración sobre cubierta:

         Esta técnica consiste en decorar las piezas sobre una capa de esmalte que hemos aplicado previamente.

         El esmalte base suele ser de un color claro y se mezcla habitualmente con CMC, que endurece y evita que al aplicar la decoración nos llevemos el esmalte base. Por último los óxidos colorantes, mezclados con fundente, se aplican con una pincelada suelta y decidida, no incidiendo varias veces en la misma zona. Una vez decorada la pieza, está lista para ser cocida.

     El Esmalte

          El esmalte es un elemento más del diseño cerámico. Es la sustancia que da a la cerámica su brillo, tapa el poro del objeto bizcochado para hacerlo resistente al agua y lavable, y endurece las esculturas de cerámica para hacerlas resistentes a las inclemencias del tiempo.

         El esmalte es una capa vidriosa, no cristalina, formada sobre la arcilla una vez cocida y enfriada. Esto significa que cuando el ceramista modela una forma tiene que pensar qué clase de esmalte necesitará la pieza.

         El esmalte puede ser translúcido o transparente. La belleza viene dada por el factor de ver el exterior y el interior, y dar sentido de profundidad a la pieza.

         El esmalte es una composición de tierras y minerales finamente mezclados, a los que se añade un vehículo y una goma que actúa como ligadura, manteniendo la mezcla en su sitio sobre la pieza.

         La química de los esmaltes es un trabajo apasionante y extremadamente laborioso, una ciencia aparte por sí misma y cuyos secretos hay que explorar cuidadosamente. En realidad, muchos ceramistas sólo se dedican a esto.

         Sin embargo, en la actualidad, el ceramista, que no dedica demasiado tiempo investigando sus propios colores, puede escoger entre una enorme variedad de esmaltes preparados comercialmente, pero de esta manera es prácticamente imposible conseguir ningún color original ni tampoco efecto especial alguno.

         Aunque cada uno sigue sus propias inclinaciones, y no es obligado hacerse los propios esmaltes es una satisfacción personal poder componerse uno mismo los colores.

         La elaboración de un esmalte es un proceso sumamente técnico, pero aunque el ceramista esté familiarizado con los factores elementales obre el esmalte, puede cometer un error en la prueba básica... al añadir ingredientes para provocar efectos especiales, al combinar colores, al superponer esmaltes, etc. Un buen sistema para experimentar es hacer muchas muestras de colores y anotar al dorso la composición de la fórmula.

     Decoración tercer fuego:

         Este método se utiliza para pintar dibujos en la arcilla cuando ya ha sido esmaltada y cocida.

         Los óxidos colorantes que utilizamos para este tipo de decoración han de mezclarse con aceite de linaza para facilitar su aplicación sobre la deslizante superficie del esmalte que va cocido previamente.

         La temperatura de cocción depende del esmalte, y normalmente, la facilita el proveedor de materiales.

         Las decoraciones con oro y platino se realizan siempre con esta técnica.

     Cuerda Seca:

          Es una técnica heredada de los árabes, a quienes se debe su descubrimiento. Es un procedimiento que consiste en separar los colores por medio de aceite de linaza, rebajado con trementina o aguarrás, sobre el barro ya bizcochado.

         El aceite separa los esmaltes, que se mezclan con agua para ser aplicados. El aguarrás o esencia de trementina permite que la aplicación sea más fácil. Habitualmente se añade óxido negro mezclado con fundente, porque la línea, una vez cocida la pieza, queda de color negro.

         Los perfiles de la pieza se dibujan con finas líneas. Una vez hecho esto, aplicamos el esmalte en las áreas separadas por la cuerda seca.

          La aplicación del esmalte se puede realizar de dos formas:

         - Con pincel: Para ello utilizaremos pinceles especiales, ya que son de mucho pelo pero acabados en punta fina, permitiéndonos cargar bastante el pincel, y controlar en zonas pequeñas gracias a su fina punta.

         Esmaltando con esta técnica, no conseguimos uniformidad en la superficie, así que, una vez relleno un espacio, ha de alisarse con un pincel con agua muy escurrido.

         - Con perilla: La aplicación de esmalte con perilla es más difícil, pero a la vez, más eficaz y rápida. Es imprescindible una aplicación rápida para que el esmalte quede liso.

     Composición de los esmaltes:

          Todo esmalte base contiene tres elementos fundamentales:

         - El elemento fundente: Es el agente que facilita la fusión para hacer que todos los ingredientes se mezclen bien y fundan juntos. Aquí están los óxidos del grupo alcalino.

         - El elemento equilibrador o ajustador: Tal como indica su nombre, equilibra la composición, haciendo que el esmalte se una sólidamente con la arcilla y le dé cuerpo.

         - El elemento desengrasante o armazón: Es el elemento que aguanta toda la composición y hace cristalizar todo el esmalte.

     

         Según la composición química, los elementos integrantes de los esmaltes pueden distribuirse en los siguientes grupos:

         - Grupos alcalinos: El fundente está integrado por los componentes del grupo alcalino que vienen en forma de óxidos, trabaja a distintas temperaturas, produciendo esmaltes para baja temperatura, para alta temperatura y para porcelanas.

         - Grupos de aluminio: Generalmente, se denominan grupos neutros o intermediarios. Como casi no existen en la naturaleza, tendremos que conformarnos con combinarlos con caolín (que es un silicato de aluminio casi puro) y feldespato. No son caros, es por eso que son los más utilizados como componentes de aluminio.

         - Grupos ácidos: La sustancia, cristalizadora es sílice, cuarzo o arena. Todos derivan del pedernal. En este grupo también podemos emplear las cenizas de arroz y de paja de trigo.

     

         A los tres ingredientes anteriormente enunciados, llamados base, les añadiremos otros ingredientes que les den color: los óxidos colorantes metálicos.

     Esmaltes de plomo

          El plomo es un fundente activo utilizado generalmente para trabajos a baja temperatura. Para esta temperatura podemos usarlo como fundente, pero muchas fórmulas recomiendan usarlo junto con otros fundentes a fin de obtener mejores resultados.

         Su mayor inconveniente es su alta toxicidad, por lo que es recomendable no tocar con las manos sucias de minio los alimentos, ni utilizar el plomo en objetos destinados a contener comida o bebida. Además, es una sustancia que mancha allí donde se posa.

         Estos esmaltes son brillantes y transparentes, sin grietas. Se han utilizado durante mucho tiempo como barniz. Se pueden conseguir tipos mates de estos barnices a base de carbonato de bario y caolín.

         Estos esmaltes siempre han de cocerse a bajas temperaturas, de 900º a 1.100 º C.

         Son recomendables por su estabilidad y aplicación los silicatos de plomo, no venenosos, sobre todo en las escuelas y pequeños talleres.

         En el mercado existen silicatos a base de plomo/boro o plomo solo y en combinaciones de plomo y cuarzo.

     Esmalte de feldespato

          Es la denominación común para los esmaltes empleados corrientemente para la loza.

         De los elementos de los tres grupos que forman la base del esmalte, el feldespato es el que se introduce en mayor cantidad. Por su contenido en aluminio y cuarzo garantiza una buena liga al bizcochado de la arcilla. Los esmaltes de feldespato pertenecen al grupo de los alcalinos.

         Generalmente, estos esmaltes son muy fuertes y no fallan. Si añadimos otros óxidos metálicos básicos, podemos crear infinidad de esmaltes con aspecto y calidad diferentes.

         Los feldespatos de potasa o sodio forman por sí solos un esmalte si la cocción tiene lugar a una temperatura alta, alrededor de 1.280-1.500 ºC. Al llegar a esta temperatura, la pieza pierde el poro y se une íntimamente con la tierra. Esta tierra, gres, tiende a un principio de vitrificación si la cocemos a alta temperatura sin esmalte.       

         Si luego queremos cubrirla con un esmalte, resultará ya difícil que éste se adhiera a la tierra al aplicarlo por la pérdida del poro.

         Si queremos darle color, podemos añadirle los mismos óxidos colorantes que en los esmaltes de plomo: cromo, antimonio, hierro, cobalto, cobre, magnesio, níquel, uranio y, además, el vanadio.

     Esmaltes de cenizas

          El sílice forma parte importante en la mayoría de las cenizas, entre un 30 y 70%. El aluminio oscila entre el 10 y 15%, y lo mismo cuenta para el potasio y el sodio. Pueden contener además hasta un 30% de calcio y algo de hierro, magnesio, carbonatos y otros.

         No obstante, esto es una base pobre para valorar el contenido de una ceniza, lo mejor es hacer pruebas en determinada proporción de combinaciones. Según su fusibilidad las cenizas pueden clasificarse en una escala tipo:

    - cenizas blandas: manzano, álamo, olmo y sauce;

    - cenizas intermedias: pino, abeto, alerce y mala hierba:

    - cenizas duras: paja de trigo y arroz, caña, algas y nebrina.

     Lustre

          Es un modo de decoración en el que una ligera capa de metal se deposita sobre la superficie de una pieza esmaltada.

         Todas las clases de barnices al lustre deben su especial brillo a la acción de las sales metálicas de óxidos colorantes, los cuales durante la cocción dan al esmalte un reflejo metálico irisado.

         Esta técnica fue desarrollada por los persas, que aplicaron sales metálicas a los objetos, cociéndolos después en un fuego fuertemente reductor. La reducción depositó la película de lustre en el objeto.

         Actualmente, se encuentran lustres preparados con agentes reductores ya adicionados en las tiendas especializadas.

     Esmalte salino

          El esmalte salino es una superficie vítrea y dura producida en la pieza por la sal. Es el tipo de esmalte que se ajusta mejor al gres. La técnica, consiste en colocar los objetos crudos de arcilla en el horno, que se calentará a fuego lento. Al alcanzar la temperatura máxima, se hecha sal común en el horno y en este momento tiene lugar el barnizado.

         Al calentarse la sal, se produce una división en la que los cloruros se precipitan y desaparecen en forma de humo, y el ácido clorhídrico desaparece en forma de vapor de agua altamente venenoso.

         Los objetos barnizados por la sal son resistentes a los ácidos, por eso son utilizados en lavabos, cañerías y tuberías de laboratorios e industrias onde otros materiales no deben usarse.

     La frita

          La frita es una porción de los ingredientes de un esmalte que ha sido fundida, enfriada y molida. Los esmaltes que contienen materias solubles, como la sosa, potasa o salfumán, han de fritarse.

         Durante el proceso de fritado, los ingredientes se combinan con las partes insolubles y, una vez terminada la frita, se presentan de forma insoluble.

         Para fundir la frita utilizaremos un crisol. Una vez fundidos los ingredientes, verteremos el esmalte fundido en agua, donde se desmenuza en pequeñas partículas. Este polvo se precipita al fondo del recipiente, de donde podremos recogerlo. Procederemos a pesarlo, y la diferencia del peso perdido se completará, por ejemplo, con una cantidad equivalente de caolín. Luego moleremos los ingredientes en un molino de bolas y podremos utilizarlo ya con el resto de los componentes de la fórmula.

         El ceramista puede hacer sus propias fritas, pero presenta muchos problemas y prácticamente no vale la pena. Muchas industrias venden fritas comerciales para grandes usos y en las tiendas especializadas se encuentran en grandes cantidades.

         Hay muchas ventajas en las fritas industriales. Los ingredientes de los esmaltes alcalinos, que son solubles en agua antes de la frita, ahora no lo son. El efecto tóxico del plomo se reduce cuando se utiliza como ingrediente en un esmalte fritado. Los esmaltes compuestos de materiales crudos contienen sustancias que pueden arder durante la cocción, que suben por la chimenea como deshechos. Cuando el esmalte ha sido fritado, todos estos materiales crudos se queman al efectuar la frita y podemos ahorrarnos muchos problemas.

         Otra ventaja importante de las fritas comerciales es que, para muchos de los esmaltes básicos, no precisaremos comprar muchos materiales crudos, y que, finalmente, las fritas comerciales son absolutamente fiables, ya que se comportan siempre con regularidad. Algunas fritas pueden ser usadas como esmaltes tal y como vienen, con tal de que les añadamos una pequeña cantidad de arcilla.

     Esmalte opaco y semiopaco

         Existe mucha diferencia en el grado de transparencia de los distintos esmaltes. Esta transparencia depende de cómo se desarrolló la cocción. Un esmalte que normalmente podría ser transparente por completo, cocido a  la temperatura apropiada, puede aparecer turbio si se ha cocido poco. Si se cuece muy por debajo de la temperatura adecuada puede aparecer completamente opaco. Estos esmaltes semiopacos podemos volverlos transparentes si los cocemos otra vez a su temperatura apropiada. Mediante esmaltes semiopacos podemos obtener bellos efectos, debajo de los cuales puede aparecer parte del color del cuerpo de la arcilla. Estos esmaltes son adecuados en decoraciones de bajo cubierta.

    Esmaltes mates

          Algunos esmaltes presentan una superficie mate. Si un esmalte está poco cocido aparecerá seguramente menos brillante que si hubiera sido cocido a su temperatura adecuada. Por lo tanto, una manera de conseguir esmaltes poco mates será cociendo por debajo de la temperatura apropiada. Sin embargo, obtendremos resultados más seguros añadiendo al esmalte sustancias como óxido de bario de o de cinc. Un 10 % de bario o de 20 % de cinc añadido a esmalte de plomo, nos dará una superficie totalmente mate. También podemos obtenerlos añadiendo un mayor porcentaje de alúmina o un 10 % de caolín.

     

     METODOS DE APLICACIÓN

     Sumergido

         El sistema más amplio de esmaltar una pieza bizcochada es por sumergido. Para llevar a cabo este procedimiento, pondremos el esmalte en un recipiente grande, sumergiremos la pieza en él y, con un simple movimiento, sosteniéndolo en el aire e inclinándola en diferentes posiciones, vaciaremos el exceso de esmalte de su interior. A continuación, colocaremos la pieza encima de una tabla y la dejaremos secar. Corregiremos las marcas de los dedos con un pincel.

         En alfarerías comerciales, el sumergido de las piezas se realiza con la ayuda de unas tenazas de tres púas, esmaltando todo el objeto a la vez. En un taller donde se esmalte mucho por sumergido, unas tenazas de este tipo serán una buena inversión.

         Antes de esmaltar la pieza bizcochada podemos darle unos ligeros toques con la esponja para quitarle el polvo. Para conseguir la correcta relación entre la absorción del bizcocho y la densidad del esmalte se requiere cierta experiencia, por lo que deberemos realizar algunas pruebas antes del sumergido definitivo. Si el esmalte nos sale demasiado delgado, dejaremos que precipite en el recipiente y verteremos el agua sobrante; si nos sale demasiado espeso, sólo tendremos que añadir agua.

         El sumergido requiere gran cantidad de esmalte, pero aparte de este inconveniente, es el modo de esmaltar más rápido y económico para no malgastar el esmalte. Cuando la capa de esmalte se ha secado, tendremos que limpiar bien la base de la pieza antes de meterla en el horno, rascándola con el canto de un cuchillo para que no se pegue en la placa del horno.

     Esmaltado a pincel

          Para realizar esta técnica, utilizaremos un pincel blando y maleable. Es un método ideal para piezas pequeñas. Podemos dar tres capas con varias pinceladas en direcciones opuestas, pero no pintaremos otra capa mientras la anterior no esté seca.

     Esmaltado con esponja

          El esmalte también puede aplicarse con una esponja blanda. Éste es un método realmente fácil y apropiado de aplicar capas de esmalte uniformes.

     Esmaltado con aerosol

          Es un método muy satisfactorio para aplicar capas uniformes de esmalte. Para realizarlo sin problemas, deberemos disponer de un pequeño rincón para el aerosol, con suficiente ventilación, y una pistola de aire comprimido.

         Colocaremos la pieza encima de una baldosa, sobre la torneta de la casilla de esmaltar. Le haremos dar vueltas mientras aplicamos el esmalte mediante la pistola. Es importante evitar que la superficie de la pieza se humedezca y se vuelva brillante. Si esto ocurriese, el esmalte se deslizaría y la uniformidad del esmalte se arruinaría. En caso de encontrarnos en esta situación lo mejor será lavar la pieza, dejarla secar y guardarla para otra vez.

         Cuando esmaltemos la boca de una pieza, será preciso taparla con una baldosa para que así no entre esmalte de distinto color.

         Para conseguir uniformidad en toda la pieza, será necesario, una vez esmaltada la parte superior, volverla cabeza abajo y proceder de la misma manera. Antes de volver la pieza a su posición original, deberemos limpiar la base.

         Si no se dispone de este equipo, podemos emplear un aerosol pequeño y barato de los usados en jardinería.

         El esmaltado con aerosol permite gradaciones uniformes de tono. Pueden conseguirse efectos especiales por superposición de colores.

         Asimismo, es el método adecuado para esmaltar superficies texturadas.

         Mientras trabajemos con aerosol deberemos tener la nariz y la boca protegidos con una máscara, para no inhalar partículas de esmalte muchas de las cuales pueden ser tóxicas.

    Vertimiento

          La única manera de esmaltar el interior de una forma cerámica de cuello estrecho es vertiendo el esmalte dentro, efectuando un movimiento de rotación sobre la pieza para que toda la superficie interior quede cubierta de esmalte, y luego sacar el esmalte sobrante sacudiendo la pieza y asegurándonos de que haya salido todo.

         Este método también puede emplearse para boles, vertiendo el esmalte en la superficie interior, cubriendo mediante movimientos rotatorios. Luego sacaremos el esmalte sobrante. Deberemos hacer esta operación rápidamente, evitando que el esmalte se amontone en una capa gruesa y desigual.

         Cuando se ha esmaltado el interior de la pieza, puede hacerse en el exterior siguiendo el mismo procedimiento. Colocaremos la pieza sobre dos listones de madera, colocados a su vez encima del recipiente que contiene el esmalte. Con un cacharro cualquiera vertemos el esmalte encima de la pieza, mientras el sobrante vuelve a caer dentro del recipiente.

         También podemos esmaltar el exterior con un aerosol o un pincel.

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